martes, 19 de enero de 2010

Punto Cero

Después de muchos años el apremio se vuelve irresistible. Tengo que escribir. A estas alturas de la vida es ya una necesidad, una necesidad de mi alma y de mi espíritu. No importa cuánto haya dejado de escribir todos estos años. Aquí estoy, y eso es lo que vale. ¡Que vivan los humildes comienzos!